Mi casa, para quienes la conocen, es una recoleccion de objetos, plantas y fotografias, su arquitectura caprichosa, permite a la imaginación descubrir que es posible vivir relativamente comodo es un espacio pequeño, el altillo o entretecho de la misma directamente conectado al interior de las habitaciones, permite jugar a los niños, buscar y reencontrar sus ideas y a la vez armar un recuerdo que les servira para el futuro.
En mi hogar encuentras libros, no muchos, pero los suficientes, tambien revistas, con los mas variados temas, diarios y peiodicos, antiguos de 10 o mas años atras, peliculas comunes a todos y algo de cine arte y tambien del otro, un gran afiche de Nicanor, no se por que mi culto a Nicanor Parra a influido de una forma notable en mis hijos, otros tienen virgencitas y niños llorones, yo en cambio, luzco orgulloso un afiche de Nica con sus artefactos de los mas absurdos, en ese rincon encuentras tambien el Compiuter, el cual habla orgulloso de una coleccion de "artefactos digitales" en forma de imagenes, canciones unas 10.000, recortes de prensa, una coleccion de libros digitales, voces de poetas, como 20 tomos de "El Cuaderno", y en fin muchos otros artilugios que su solo encendido lo hacen entretenido. Por ahi se vira a la pared mural de enfrente, en la cual encuentras fotografias rescatadas, te narran basicamente y sin pretenciones la historia de los ultimos treinta años en la familia, denuevo tienes que usar tu imaginación.
Esta historia nace a pito de la impresión que me dejo en los ultimos dos dias lunes y martes pasado el hogar de otra persona, la señora Olga Villanueva, esta mujer, de mas de noventa años murio en paz el lunes a las siete de la mañana despues de una breve agonia de tres dias en que no sufrio al parecer.
Según me entero, Olga, andaba correteando libremente y dando ordenes hasta el mismo dia en que cayo de su lecho presa de un derrame cerebral que la postro definitivamente en el mundo de los otros, eso me hizo recordar al anciano de "El amor en los tiempos del colera" que fallece repentinamente tras subir a buscar a su mascota al arbol.
Al llegar, del brazo de mi suegra, a su hogar de la comuna de macul a dar el pesame a mi suegro, quien era su hijo. Me encuentro con un pequeño mundo, de plantas cuidadas, un parron envejecido, un amplio solar que recibe unas improvisadas sillas en las que descansan los deudos, afuera un alamo de unos veintcinco años, según calculamos con mis hijos por la cuenta de sus anillos, recien cortado a tope, por instrucciones de Olga, dicen que uno de los que cortaron el arbol le advirtio "esta cortando su vida señora", para incertidumbre de los demas, que imaginan algo de verdad en tal presajio.
Su hogar parece trastocado, asustado, han quitado todos los muebles y cuadros del living, esperando que llegue el ataud, con los restos de la dueña de casa, antes de que esto ocurra, que sera como a las una y media, nos sampamos una cazuela de pollo.
Una vez cae la tarde y empiezan a llegar las gentes a saludar, el ambiente se va volviendo grato, los abrazos de los primos ausentes por años de la convivencia, junto con los cariños de los tios, hacen casi olvidar el motivo del encuentro, es que se respira camaraderia como la que quiza nunca vio en vida la señora Villanueva, y eso es bueno, habla muy bien de ella, pienso yo, pues todo el mundo luce tranquilo conversando de los temas mas diversos y mirando de reojo de vez en cuando al interior, donde unas señoras rezan un Ave maria junto a Olga, quien luce descansada, con un bello traje azul, y sus lentes por los que aprendimos a buscar su mirada cuando aun vivia, pareciera dormir, pero el detalle de los lentes puestos nos recuerda que definitivamente lo que ocurre es que murio, dan hasta ganas de abrazarla.
El dia del entierro, llegamos al mediodia, estaba lleno de gente, todos animadamente conversando tal como los habiamos dejado el dia anterior, Olga aun era parte de este agasajo.
La coversacion era animada, asi que por ahi me puse a hablar con un señor de Osorno, quien es ortodencista, y me contaba de la humildad, cualidad en las personas que permitia una sana convivencia, de acuerdo a su manera de ver.
El cortejo constaba de algunos autos y un micro puesto por el alcalde, dispuesto a cualquier sacrificio con tal de ser reelecto. El lugar, Parque cordillera, lucia prados por doquier y muy pocos arboles, las lapidas sembradas, daban luz de fechas y nombres que nunca mas volveremos a ver, por ahi Gabriel, uno de los hijos estallo en llanto y rabia, y observo a lo lejos, como mi suegro enumeraba las familias presentes en el lugar, fruto del amor de Olga.
Al regresar a su hogar, sus hijas y nueras, dispusieron de todo, volvieron las paredes a tomar vida, un cuadro por aca, una pintura por alla, el pajarito que silva si lo asustas, en fin , la casa parecio revivir, en cualquier momento parecia que Olga iba a saludarnos.
Al volver a nuestra casa, encontramos la lentejas que habiamos dejado remojando dos dias antes, brotadas, los niños rieron, y nos sumerjimos en el mundo de los sueños.
P.D.:Cancion para escuchar mientras lee , "El Circulo" Kevin Johansen.
1 comentario:
La muerte, la puta muerte, como va pasando su estropajo suavecito y lento en el que se tejen tragedias y comedias.
Un gran abrazo, muy buen texto... un verdadero "aporte"
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