Las personas, algunas, inevitablemente se dicen maduras, se autoproclaman dueñas de la verdad, los otros, los mas, los observan, asienten a su verdad, reafirmando sus errores, los otros, los menos, les mandamos saludos a su origen dentro de su madrecita, les decimos que no nos importa su odio, su estupidez, su poca sabiduria, por que al final, el conocimiento ni los libros, nos dan la madurez.
La envidia a lo que sea en nuestra raza persigue dismunuir y descalificar al adversario, no consigue si no a traves del tiempo, hacerlo mas fuerte a este.
Adolfo acaso no fue quien envidio la prosperidad de los Judios, y ahora mirenlo a el, y miren a los judios.
No puedo a veces sino ponerme a llorar por mi suerte, inclinar mi cabezita y sentirme vacio despues de erigirme por sobre los demas, no se si tengo entonces la madurez, no se si tengo la sabiduria, finalmente termino creyendo solo en el amr y la muerte, las dos poderosas fuerzas que mueven la tercera que es la vida.

2 comentarios:

Eduardo Waghorn dijo...

Adolfo Zalvidar, no?:))

Roberto Iza Valdés dijo...
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